“El vino que bebe Asunción no es blanco, ni tinto, ni tiene color…” Si nuestras olímpicas sucumbieron a la exquisitez de los estupendos caldos riojanos de Labastida y no contentas con ello se hicieron amigas de una tal Señora Chanin que les llevo de bodegas tras la muestra deportiva. Nuestras admiradas atletas, acostumbradas a una vida de sacrificios y disciplina, le cogieron gustillo a eso de la cata y la etnología y se cogieron una manga. De eso fui testigo yo, mis queridos y queridas todas. Para que no me descubrieran me hice pasar por camarero y me pase toda la noche sirviéndoles vino. Vistas de cerca estas mujeres irradian optimismo. Tienen tanta ilusión por estar en Londres que han empezado con las primeras lecciones de ingles básico como “my tailer is rich” y cosas por el estilo. Pero la frase que más repetían en Labastida fue “one more”. Zsutroia se desmelenó y toco el acordeón hasta altas horas de la madrugada, mientras que Hetta trataba de ligar con un reputado bodeguero de la zona. Nadie sabe quién llamó a la prensa pero los pillaron. Creo que aparecieron en el Interviú de hace unas semanas.
Rula y Odin se pasaron toda la noche levantando y rodando barriles, respectivamente y un servidor se dejo la cámara y fue imposible tener ninguna imagen de ese momento. Sin embargo, puede saber que las 4 han sido invitadas nuevamente por el consistorio bilbaino para hacer una nueva exhibición deportiva durante la Aste Nagusia.
Raro, raro, raro, no les parece.
Buenas noches y buena suerte.
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