Amigos y amigas, me encuentro en un pequeño pueblecito costero de Bizkaia, Lekeito. Esta mañana he seguido de incógnito a las chicas mientras hacían sus ejercicios matutinos. Por cierto, Rula es, además una gran levantadora de piedras, una estupenda nadadora. Se metió al agua y al poco rato la recogieron unos guardacostas cerca de la playa de Santander. Al ser rescatada, comentó en un castellano muy desafortunado que se había quitado las gafas de ver y que no sabia muy bien donde estaba. Todo un fenómeno, si señor, sobre todo para una mujer que vive en las montañas de Arcadia junto a su abuelo, un hombre de gran carácter, diseñador de botas de vino y cabrero, su inseparable amigo Pedro y su medio hermana Clarita, impedida desde hace años en una silla de ruedas. Cuentan que la bota de vino que siempre lleva Rula se la regalo su abuelo, para que recuerde su hogar. No les parece adorable.
Nuevamente estas atletas, que nunca nos dejan de sorprender, consiguieron meterse a la gente en el bolsillo y lograron un gran número de adhesiones a su campaña. Una famosa marca de conservas de bonito esta estudiando la posibilidad de patrocinarlas.
Hasta pronto.
Buenas noches y buena suerte.
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